martes, 7 de junio de 2011

ROTULOS PROPIOS PARA DIVERSOS TRABAJOS

Usar tipografías adecuadamente es un arte. Fabricar rótulos propios, ya sea by computer o con lapicerillo también lo es. Suelo dibujar rótulos sin tener que fabricar necesariamente una familia entera de tipos.

ILUSTRACION Y ARTÍCULO DE OPINIÓN PARA EL PAIS GALICIA

Suplemento LUZES, EL PAÍS GALICIA 4 de marzo de 2011
Ilustración y Artículo de opinión dentro del reportaje, CULTURA NA SALA DE ESTAR, sobre el arte en espacios reducidos

75 EN EL ROCKOLA, 75 EN EL MICROSHOW
Hace poco, quiero decir hace pocos años, estaba trabajabando en los documentales para la TVG "Raia MIño". Viajaba mucho de Madrid a Tui y viceversa. "Vienes en avión, claro". "En dos patadas estás aquí y por cuatro euros". "Hay un montón de vuelos baratos". Yo contestaba que muchas veces viajaba en bus. A partir de la mención de la palabra "bus", o pensaban que eras un "pinflas" -un gañán, vamos- que no tenía ni idea de internet o que eras un cutre.
Hoy, también voy mucho a Tui a ver a mi señora, que no es la "Nossa Senhora" de los portugueses, sino que es la mía, la propia, aunque no esté casado. Y a trabajar también voy. Hoy, cuando digo que viajo en autobús, quedo de crack. ¡Qué digo de crack! ¡De puto crack! Me resisto a contar que,en la parada obligatoria en Puebla de Sanabria, no pido una tapita de pimientos del piquillo con crema de setas, sino un bocata de jamón y un café, porque sino el ONG Direct me abre una cartilla de Ahorrador del Año.
A estas alturas tengo que decir que un espectáculo mio, Ruido Bajito, tiene características de Show modesto. No es un concierto de Víctor Coyote. Es "Ruido Bajito". Quince minutos para quince personas. En él se unen la ventriloquía con la videocreación, las marionetas con la música, los textos-collage con las escenografías liliputienses. Lo hemos hecho en un miniescaparate de una tetería, en el almacén de tramoya de un teatro, en un hórreo, en una cámara acorazada, en un museo, en un cuarto de las escobas. Montamos, tocamos, interpretamos, proyectamos y ventrilocuamos dos tipos. Y hacemos pases. Como el pase es de cuarto de hora, hacemos cuatro o cinco. Esto nos lleva a un resultado de 60 a 75 personas. Lo que son los números se me dan bien. Vamos a ver entonces por qué lo hacemos. Porque compensa. Es así. Es ley de supervivencia: compensa.
Internet está produciendo una atomización de la cultura. La red está llena de hits parciales. Y esos pequeños hits son pequeños negocios. Pequeños negocios despreciados ayer por la sociedad precrisis. Los que tenemos esos pequeños negocios no tenemos problemas de conciencia al funcionar con ellos.
Por otra parte, Internet, que también propició la caída del negocio discográfico, está haciendo que se vendan mas discos en los conciertos que en unas tiendas de discos que casi no existen. Hoy, la mayoría de la música popular se parece mas a aquella escena de Oh Brother!, la película de los hermanos Cohen, en que George Clooney y sus colegas visitaban una emisora local para cantar y dar a conocer su música. Las tecnologías de la nueva era de la comunicación caminando codo con codo con el sistema arcaico de promoción y distribución. Mon Dieu, fantastique! que diría un portugués. Emigrante en Francia, claro.
Ahora bien, retomando el cambio de mentalidad social precrisis y postcrisis y su discurso, sintetizado en el sibilino anuncio de ING Direct "Yo soy Ahorrador", del que antes hablaba, no estoy dispuesto a hacer apología de los "microespacios" ni a dar titulares sacados de quicio: "Libertad artística en el salón", "La creatividad vive en un espacio pequeño", "Cara a cara con la imaginación", o "El buen arte, en frasco diminuto".
Yo, que viví sin traumas el cambio del teleclub al videoclub. Yo, que fuí capaz de cambiar del diseño con tijeras al diseño "por ordenador". Yo, que reciclé sin traumas el portacasettes de marquetería de mi cuarto en contenedor de cables USB y Firewire. No estoy preparado para cambiar de la prepotencia del "Nuevoborriquismo", a la mas ecológica, güai y sostenible "Nuevamodestia". Al fin y al cabo, despues de echar cuentas, las 75 personas que venían a ver a Los Coyotes al Rockola en los ochenta, siguen siendo 75 a día de hoy, por mucho que cambien los tiempos y los discursos.
victor)coyote(aparicio